Cuando “se abre la cintura”

Cuando “se abre la cintura”Por casi 40 años, cada lunes, la Consulta Mé­dica del colega José A. de la Osa puso al alcance de ustedes, un espacio dedicado a la salud.
Autor: Lisandra Fariñas Acosta | lisandra@granma.cu
24 de mayo de 2015 22:05:38

Por casi 40 años, cada lunes, la Consulta Mé­dica del colega José A. de la Osa puso al alcance de ustedes, estimados lectores, un espacio dedicado a la salud. La constancia y rigor profesional con el cual emprendió este trabajo y lo continuó a lo largo de este tiempo, le ganaron el respeto dentro del público y también dentro del gremio.

Cuando “se abre la cintura”Es por ello que, ante el inminente retiro del estimado profesor, como le llamamos, Gran­ma tiene el desafío de seguir el camino iniciado por él, ahora a través de una nueva sección. To­do Sa­lud aspira a ser igualmente un puente en­tre los lectores y la tan necesaria cultura de la salud, que tributa a una mejor calidad de vida.

Comenzaremos hablando sobre un padecimiento frecuente, que al decir de los expertos viene a ser el pago del hombre por la bipedestación, es decir, caminar en dos pies. Se trata de la sacrolumbalgia.

Vamos a partir de que la columna, lejos de ser recta como se cree, tiene cuatro curvaturas en su plano sagital (lateral): la lordosis cervical, cifosis torácica, lordosis lumbar y la cifosis sacro coxígea. La sacrolumbalgia entonces viene a ser —según comenta a Granma el doctor Rafael Rivas, especialista de II grado en Ortopedia y Traumatología del Hospital Orto­pédico Docente Fructuoso Ro­dríguez— ese dolor que se produce en la región lumbar y afecta además la zona sacra; y que se localiza entre el borde inferior de la parrilla costal hasta la región glútea inferior.

De acuerdo con el especialista, son los segmentos móviles de la columna, la zona cervical y la lumbar, los que más problemas pueden presentar.

Estadísticas sanitarias aseguran que las afecciones de columna afectan entre el 60 y 80 % de la población adulta mundial, y son el se­gundo motivo de consulta a un médico des­pués de las enfermedades respiratorias. El dolor lumbar es una de las primeras causas que incapacita a la población laboralmente activa por debajo de los 45 años y provoca ausencias laborales.

Para el doctor Rivas, el dolor lumbar bajo “es un síntoma, que a su vez se convierte en un síndrome, dígase, conjunto de síntomas y signos que obedecen a distintas causas”. Entre estas, el entrevistado menciona aquellas que son mecánicas, relacionadas propiamente con la función de la columna vertebral; las cuales son las más frecuentes; y las no mecánicas, que pueden obedecer a procesos localizados fuera de la columna (aparato urogenital, ginecológico etc.), de ma­­nera que ante un dolor en esa zona, no debe pensarse siempre como propio del raquis, por lo cual es necesaria la evaluación del médico general o internista, quien recomendará o no la interconsulta con el ortopédico. Entre otros, hay además problemas que aunque pueden estar en la co­lumna no son mecánicos, como las hernias discales y los procesos inflamatorios.

No obstante, el experto señaló que si bien son múltiples las causas, “hay pistas en el interrogatorio que nos guían hacia cuál sería la causa del dolor.

Cuando se trata de problemas mecánicos como inestabilidades de columna o artrosis por ejemplo, el dolor se relaciona generalmente con la actividad y con las posiciones”.

Al respecto, el doctor Rivas señaló que “cuan­do estamos parados la columna soporta el 100 % del peso corporal del segmento que se encuentra por encima de ella: el tronco, los miembros su­periores y la cabeza, pero ese peso a través del sacro, la pelvis y las caderas descarga por una línea de fuerza hacia los miembros inferiores. Sentados, en cambio, eso no pasa, y se concentra todo el peso en la zona lumbar, que soporta el 150 % del peso del cuerpo, más que si estuviésemos de pie”.

De acuerdo con su evolución, la sacrolumbalgia se clasifica en aguda, subaguda y crónica. Respecto a la creencia de que una vez que se padece, esta se sufrirá de por vida, el experto acotó que ello dependerá de la causa que la originó y la eficacia del tratamiento. “Si es un problema mecánico estructural establecido de­mos­trable, puede repetirse”.

“Cuando hay una sacrolumbalgia aguda se le indica al paciente reposo inmediato, acostado, bolsas frías en la zona dolorosa, analgésicos y antinflamatorios. Una vez que logra rebasar la cri­sis aguda sería importante como profilaxis de una nueva crisis la enseñanza de las normas co­rrec­tas de higiene postural y los ejercicios”, explicó.

Y en este punto el especialista hizo particular énfasis. No existen medicamentos para prevenir la sacrolumbalgia. La mejor manera de evitar padecerla es manteniendo una adecuada higiene postural y conocer cuáles son las posiciones que realizamos en la vida cotidiana que pueden muchas veces afectar la columna, y cuáles son las que la protegen.

La higiene postural —puntualizó el doctor Ri­vas— está en todo, desde la posición en que dormimos, nos levantamos, nos sentamos, ce­pilla­mos los dientes, afeitamos, planchamos… No de­­bemos nunca levantar un peso del suelo encorvando la espalda, sino haciendo cuclillas; al sentarnos, debemos recostar convenientemente la espalda al espaldar del asiento. Al manejar un vehículo hacerlo sentado correctamente, no casi acostado, y se recomienda dormir de lado o boca arriba, nunca boca abajo, a nin­guna edad.

“Si hay una cosa que necesita la columna es ejercicio para desarrollar sus estabilizadores di­námicos, es decir, mejorar su flexibilidad y fortalecer los músculos de la faja lumbo sacra natural. Una columna más estable, nos beneficia en todo. Quien no tenga fortalecida su espalda  es­tará lógicamente más predispuesto a sufrir esta dolencia, a veces ante fuerzas insignificantes”, concluyó.
 

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