El lupus eritematoso sistémico es una enfermedad inmunológica en la cual el organismo se equivoca y los anticuerpos, que son para defenderse de elementos extraños como las infecciones, comienzan erróneamente a agredir a las células propias, estructuras normales de la persona. O sea, ocurre una autoagresión.
Nos honra con su presencia esta semana el Doctor en Ciencias Médicas Miguel Estévez del Toro, especialista de segundo grado en Reumatología y Profesor Auxiliar, Director General del hospital Clínico-Quirúrgico Hermanos Ameijeiras, una reconocida autoridad científica en el tema que abordamos.
—¿Cuántas formas de lupus existen?
—En esencia hay una forma que solo afecta la piel (lupus cutáneo), con varias variantes o formas, y otra más severa que puede afectar cualquier órgano o sistema (lupus eritematoso sistémico) en el cual frecuentemente ocurren manifestaciones en la piel dentro de las variables manifestaciones de la enfermedad.
—Le propongo entonces, doctor, por ser el que conlleva una mayor complejidad, ocuparnos del lupus eritematoso sistémico. ¿Cuáles son sus características fundamentales?
—Se centran en el carácter sistémico de la enfermedad, donde cualquier órgano o sistema puede ser afectado y, por ello, las manifestaciones clínicas son variables de un enfermo a otro, evolucionando por periodos de crisis o exacerbaciones de la enfermedad y de remisiones o inactividad. Adquiere más complejidad cuando se produce afectación renal, en el sistema nervioso o manifestaciones hematológicas (anemia severa o plaquetas bajas).
—¿Se conocen las causas que lo originan?
—La causa es desconocida. Existen varias hipótesis que relacionan la aparición del lupus a la existencia de una predisposición genética sobre la que influyen, para desencadenarlo, factores ambientales como por ejemplo la exposición al sol, algunas infecciones, situaciones estresantes, alteraciones hormonales, medicamentos como algunos anticonvulsivantes, interferones, entre otros.
—¿Aqueja por igual al sexo masculino que al femenino y a cualquier edad?
—Afecta predominantemente al sexo femenino en una proporción de nueve a uno. Aunque puede presentarse a cualquier edad, aparece con mayor frecuencia entre los 20 y los 40 años.
—¿Es frecuente en el mundo y también en nuestro país?
—Es de variable distribución mundial. En Cuba la prevalencia estimada es de 60 enfermos por cada 100 000 habitantes.
—¿Qué tiempo promedio duran los “brotes” que origina? ¿En qué consisten?
—Son variables y dependen de la severidad y los órganos y sistemas involucrados. Como promedio duran entre tres y cuatro semanas. El control de los brotes es importante para evitar el daño o deterioro de los órganos afectados.
—¿En qué zonas del cuerpo aparecen las lesiones?
—Las lesiones dermatológicas aparecen entre un 65 y 85 % de los casos en áreas de piel, sobre todo expuestas a la luz solar, como las mejillas, dorso de la nariz, en cuero cabelludo, en la piel del escote y en la de los miembros superiores.
—¿Qué primeras manifestaciones suelen dar una alerta familiar de la presencia de esta enfermedad?
—Debe ser sospechada sobre todo ante una mujer joven con un cuadro de fiebre sin causa identificada, acompañada de decaimiento, pérdida de peso, dolores e inflamación articular, alguna lesión en la piel, caída del cabello, ganglios inflamados. Estos suelen ser los síntomas y signos más frecuentes en su aparición.
—¿Resulta difícil establecer el diagnóstico de certeza?
—El que cualquier manifestación clínica pueda ser el inicio de la enfermedad le impone un reto al médico para el diagnóstico, pues tiene que tenerla presente. Se dispone de un grupo de estudios inmunológicos que, unidos a la valoración clínica, permiten en la mayoría de los casos establecer con rapidez un diagnóstico de certeza.
—¿En cuanto al tratamiento?
—Los fármacos disponibles unidos al diagnóstico temprano han mejorado sustancialmente el pronóstico de la enfermedad, convirtiéndola en la mayoría de los casos en una enfermedad crónica con la que se convive con una buena calidad de vida.
—¿Por qué estos pacientes deben protegerse del Sol?... ¿Tienen que llevar un régimen de vida especial?
—Un grupo de estos pacientes presentan una reacción exagerada a la exposición al sol (fotosensibles), el sol modifica al DNA de la piel y este se torna más factible para ser agredido por los autoanticuerpos que se producen en la enfermedad. Además de evitar la exposición al sol es recomendable que los pacientes mantengan dietas saludables y no fumen.
—El tema desborda nuestra columna médica. ¿Algo esencial?
—Por tratarse casi siempre de mujeres jóvenes, la posibilidad del embarazo es pregunta habitual. Actualmente existen evidencias científicas de que cuando la enfermedad está controlada de manera estable (entre uno y dos años) no existan órganos vitales afectados y no se esté recibiendo tratamiento citostático o inmunosupresor, en coordinación con su médico, el embarazo suele desarrollarse sin riesgos diferentes a los del resto de la población.